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Respuesta corta
Los principales medios de comunicación suelen mostrar parcialidad en su cobertura del conflicto palestino-israelí de varias maneras. Por ejemplo, los medios de comunicación utilizan libremente el término «terrorista» para describir ataques en otras partes del mundo, sin embargo, a menudo dudan en aplicarlo a los ataques palestinos contra civiles israelíes. Además, las organizaciones de noticias suelen presentar una visión distorsionada del derecho internacional, retratando a Israel como un violador persistente mientras pasan por alto las acciones de otras partes implicadas en el conflicto. Además, se presenta a Israel como agresor sin dar contexto a las amenazas terroristas que suelen provocar los enfrentamientos armados y sin mencionar siquiera las razones subyacentes de los ataques israelíes.
Se simplifican en exceso cuestiones complejas y a menudo se omite el contexto histórico y político, lo que conduce a una narrativa unilateral que demoniza a Israel. Ejemplos destacados de este sesgo son la CBS y la BBC. Ambas cadenas han sido acusadas de promover una narrativa unilateral, de restar importancia al papel de Hamás y de no informar con precisión sobre el conflicto.
Respuesta larga
Durante décadas, los principales medios de comunicación han enmarcado sistemáticamente el conflicto de una manera que critica desproporcionadamente a Israel. Este sesgo es evidente de varias maneras. El término «ocupación» se aplica con frecuencia a los territorios controlados por Israel, pero rara vez, o nunca, a otros territorios ocupados de todo el mundo. Mientras que los medios de comunicación utilizan libremente el término «terrorista» para describir atentados en otras partes del mundo, a menudo dudan en aplicarlo a los atentados palestinos contra civiles israelíes. Las organizaciones de noticias presentan a menudo una visión distorsionada del derecho internacional, presentando a Israel como un violador persistente mientras pasan por alto las acciones de otras partes implicadas en el conflicto. Se simplifican en exceso cuestiones complejas y a menudo se omite el contexto histórico y político, lo que conduce a una narrativa unilateral que demoniza a Israel. Por ejemplo, los medios de comunicación siguen refiriéndose a Gaza y Cisjordania como «territorios ocupados» a pesar de que Israel se retiró de Gaza en 2005 y de que la Autoridad Palestina reconoció el fin de la ocupación israelí en Jericó en 1994.
Un ejemplo destacado es la CBS, una de las principales cadenas de noticias de EEUU. Se la considera la «corriente principal», la que habla a todo el mundo, aparentemente sin prejuicios. Sin embargo, recientes revelaciones, especialmente tras el atentado cometido por Hamás el 7 de octubre, han puesto al descubierto un preocupante patrón de parcialidad antiisraelí dentro de la cadena. Las discusiones y directrices internas filtradas revelan un preocupante desprecio por los principios periodísticos y la promoción de una narrativa unilateral del conflicto palestino-israelí, la negativa a reconocer el derecho de Israel a existir y su reticencia a criticar el terrorismo palestino. Al restar importancia al papel de Hamás y otras organizaciones terroristas, la CBS perpetúa una falsa equivalencia entre Israel y los palestinos.
Muchos otros medios de comunicación dominantes muestran tendencias similares, y a menudo no responsabilizan a los dirigentes y organizaciones palestinos de sus acciones. Por ejemplo, la cobertura de la BBC de la guerra entre Israel y Hamás ha sido muy criticada por su parcialidad a favor de los palestinos y por no dar la debida importancia a la perspectiva israelí. Se ha demostrado que los reportajes de la BBC se basan en Hamás como fuente para las cifras de víctimas, cuestionan el derecho de Israel a la autodefensa, restan importancia al papel de Hamás en el conflicto y encubren el legado de líderes terroristas como el ayatolá Jomeini. Además, la BBC no informó con exactitud sobre la Carta de Hamás, un documento que pide explícitamente la destrucción de Israel y el asesinato de judíos y otras personas. También tergiversó el nivel de libertad periodística en Gaza, los crímenes de guerra, el coste socioeconómico de la guerra contra Israel y las amenazas militares a Israel.
La información sesgada de los principales medios de comunicación sobre el palestino israelí alimenta el sentimiento antiisraelí y el conflicto palestino-israelí, sobre todo entre los jóvenes, muy influidos por las redes sociales y el discurso en línea. Cuando estos jóvenes ven constantes representaciones negativas de Israel, es más probable que adopten actitudes hostiles y tengan comportamientos antisemitas.