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Respuesta corta
Tanto la historia antigua como la moderna nos muestran que los grandes desplazamientos de población suelen seguir a las guerras y los conflictos; forma parte de la vida y es el signo revelador de que un bando gana una guerra y el otro la pierde. De hecho, tras la Segunda Guerra Mundial se produjeron multitudinarias migraciones masivas.
El presidente estadounidense Donald Trump comprende este fenómeno y lo utilizó como base de su plan para Gaza. Cómo llegó a esto es, en realidad, bastante sencillo. El 7 de octubre de 2023, Hamás declaró la guerra a Israel, tras muchos años de violencia y multitud de ataques contra Israel en forma de atentados suicidas contra autobuses, lanzamiento de cohetes, ataques con cuchillo y secuestro de civiles israelíes.Dado que el Estado israelí ha prometido vencer a Hamás de una vez por todas, el resultado será sin duda nefasto para los civiles de la Franja de Gaza, a menos que Hamás se rinda. E incluso antes de la crisis actual, un tercio de los gazatíes estaban deseando marcharse (pero no podían). Y es probable que esa cifra se haya disparado ahora, tras la guerra.
Lo que Trump quiere hacer es ayudar a los gazatíes que quieran abandonar voluntariamente la zona de guerra, ayudándoles a empezar de nuevo en los países vecinos. Esta medida sería coordinada por EEUU y los países absorbentes.Según las propias afirmaciones de Trump, este plan de reubicación no consiste sólo en desplazar a la gente, sino en romper el interminable ciclo de violencia que lleva décadas asolando Oriente Próximo desde la creación de Hamás.
Además, el plan de Gaza pretende crear numerosos puestos de trabajo y oportunidades económicas para toda la región, mediante una reurbanización integral a un coste menor.Esta medida podría transformar realmente Gaza, por primera vez en la historia, en una «Riviera» mediterránea habitable, deseable y resplandeciente. El presupuesto estimado por Trump de 30.000-40.000 millones de dólares es significativamente más rentable en comparación con los 98.000-127.000 millones de dólares previstos para reconstruir Gaza con su población actual.
A partir de 2025, Gaza siempre ha sido sinónimo de organizaciones terroristas (FPLP, Hamás y Yihad Islámica) y de malas condiciones económicas para sus habitantes, así que, en lugar de hacer «lo mismo de siempre», ¿quizás sea hora de pensar con originalidad?
Respuesta larga
¿Sabías que Gaza fue en otro tiempo una joya del Mediterráneo? La palabra «Gaza» significa casa del tesoro en árabe medieval. El plan de Trump prevé precisamente esto: convertir Gaza en una próspera «Riviera de Oriente Medio». La gente llama loco a Trump y dice que el plan es una fantasía, pero de hecho, hay una lógica muy sólida detrás de él.
Desde una perspectiva histórica, el desplazamiento de poblaciones es un hecho habitual tras las guerras. Al final de la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente 11 millones de personas habían sido desplazadas sólo en Europa. En los tres años que siguieron a la guerra de 1948, unos 700.000 judíos emigraron a Israel, muchos de ellos desplazados de tierras árabes y musulmanas debido a la hostilidad y las expulsiones sistemáticas.
Ejemplos más recientes son la Crisis de Myanmar de 2021, en la que se produjeron unos 280.000 desplazamientos durante la represión militar y la resistencia armada, y el Conflicto de Sudán de 2023, que desplazó aproximadamente a 6 millones de personas. Así es como suceden las cosas en la vida real, y la guerra de Gaza no es diferente.
El plan que propone Trump incluye varios beneficios potenciales para una consideración imparcial.
En primer lugar, hay que señalar que cuando los palestinos dicen que su tierra «no está en venta», significa que pretenden que siga aumentando el número de los llamados «refugiados» que viven en esta tierra sin ninguna posibilidad de futuro. Esta estrategia de reproducción forzada nace de una mentalidad violenta y genera más muertes que cualquier movimiento defensivo que haya hecho Israel.
Al romper el ciclo de violencia, el plan pretende ofrecer un nuevo enfoque a una cuestión de larga data que ninguna de las ideas anteriores y tradicionales (es decir, la solución de los dos Estados) ha podido resolver.
Este plan no sólo ofrecería la única alternativa viable para crear estabilidad a largo plazo en Oriente Medio, sino que también garantizaría que sucesos como la masacre del 7 de octubre no vuelvan a repetirse.
En segundo lugar, si se ejecuta, el plan crearía numerosos puestos de trabajo y oportunidades económicas para toda la región mediante una reurbanización integral a un coste menor. El presupuesto estimado de 30.000-40.000 millones de dólares es significativamente más rentable en comparación con los 98.000-127.000 millones de dólares previstos para reconstruir Gaza con su población actual.
Una Gaza reconstruida proporcionaría mejores condiciones de vida, oportunidades económicas y la posibilidad de un futuro mejor para quienes residen en ella.
Por último, reubicar temporalmente a los 2,3 millones de residentes palestinos de Gaza en países vecinos, principalmente Egipto y Jordania, durante la reconstrucción les ofrecería innegablemente unas condiciones de vida inmediatas y mejores. La propuesta incluye una subvención de 25.000 dólares por familia gazatí para su reubicación, lo que podría abrir nuevas oportunidades para quienes decidan reasentarse.
¿Quieren los gazatíes trasladarse? Una encuesta creíble realizada un mes antes del ataque del 7 de octubre, por el Centro Palestino de Investigación de Políticas y Encuestas de Khalil Shikaki, indicaba que alrededor de un tercio de los gazatíes querían emigrar en aquel momento. Esta cifra puede haber aumentado debido a la guerra en curso.
A diferencia de la mayoría de los conflictos, el plan de Trump ofrece una opción estructurada para los desplazados de Gaza que decidan reubicarse libremente.
En resumen, ¿a quién no sirve este plan? No sirve a quienes pretenden perpetuar el círculo vicioso que ha mantenido a la región en un estado de agitación, a saber, Irán, Qatar y los dirigentes palestinos que atacan a Israel e impugnan su derecho a existir.
Como puedes ver, la lógica que subyace al plan de Trump es bastante simple, sigue patrones migratorios históricos anteriores y no pretende perjudicar en absoluto a la población palestina. Al contrario, pretende revitalizar Gaza y llevar la paz y la prosperidad a la región.