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Respuesta corta
Israel tiene todo el derecho a denegar la entrada a cualquier persona que apoye activamente los boicots o difunda una retórica antiisraelí, incluidos los diputados. Estos diputados laboristas no estaban de visita oficial y tienen un historial de apoyo al BDS. Como cualquier nación soberana, Israel protege sus fronteras y sus intereses nacionales. Las acciones tienen consecuencias.
Respuesta larga
Israel, como cualquier nación soberana, tiene todo el derecho a controlar quién entra en sus fronteras, especialmente cuando se trata de individuos que promueven la hostilidad, la deslegitimación o la incitación. No se trata de silenciar las críticas, sino de proteger la seguridad nacional y el orden público. Recientemente, se denegó la entrada a dos diputados laboristas británicos con un claro historial de apoyo al BDS y a las narrativas antiisraelíes. No estaban de visita oficial y llegaron con una agenda, no con espíritu diplomático ni de diálogo. Como cualquier Estado responsable, Israel actuó para defender sus intereses.
Y esto no es algo exclusivo de Israel: muchos países hacen lo mismo:
🇺🇸 Estados Unidos: Estados Unidos ha denegado visados a académicos, artistas y activistas cuyas opiniones se consideraban hostiles a los intereses estadounidenses. En varios casos, se prohibió la entrada a personas simplemente por estar asociadas a grupos que Estados Unidos consideraba ideológicamente extremistas o una amenaza para la seguridad pública. (ACLU)
🇩🇪 Alemania: Alemania ha expulsado a ciudadanos de la UE implicados en manifestaciones propalestinas, especialmente a los vinculados a grupos o retóricas extremistas. En los últimos meses, varios activistas fueron expulsados por expresar abiertamente su apoyo a Hamás, que Alemania clasifica como organización terrorista.(The Guardian)
🇹🇭 Tailandia: En 2016, las autoridades tailandesas denegaron la entrada al activista prodemocrático de Hong Kong Joshua Wong. Aunque su activismo era pacífico, al parecer la decisión se tomó bajo la presión de China, lo que demuestra que incluso las naciones democráticas pueden dar prioridad a cuestiones diplomáticas o políticas a la hora de gestionar sus fronteras. (TIME)
Conclusión: Se trata de una práctica internacional habitual. Las naciones soberanas se protegen a sí mismas, e Israel está haciendo exactamente lo que otros ya hacen. Las acciones tienen consecuencias.