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Respuesta corta
Israel no se despertó un día y decidió atacar a Irán. No fue al azar ni sin provocación. Los dirigentes de Teherán han declarado abiertamente que la destrucción de Israel es tanto una obligación religiosa como un objetivo estratégico. Los comandantes iraníes se jactan de rodear Israel con un «anillo de fuego» y llevan años armando a grupos terroristas como Hezbolá, Hamás y otros para que ataquen Israel desde todas las direcciones.
Desde los cohetes en Gaza hasta los túneles en la frontera libanesa, desde la financiación del terror hasta el entrenamiento de militantes, Irán lleva años librando una guerra por poderes contra Israel. Ahora corre hacia una bomba nuclear: el escudo definitivo para sus apoderados, una herramienta para chantajear a la región y convertir sus amenazas en una realidad catastrófica.
Israel está respondiendo a una amenaza que es real, deliberada y que se acerca rápidamente al punto de no retorno.
Respuesta larga
Israel no decidió atacar a Irán de la nada. Los dirigentes iraníes no se limitan a gritar «Muerte a Israel», sino que lo convierten en política mediante representantes terroristas, envíos de armas y concentraciones militares dirigidas directamente contra el Estado judío.
En 2015, el Líder Supremo de Irán, el ayatolá Jamenei, publicó un plan detallado titulado «La eliminación de Israel» y declaró en múltiples discursos que «Israel no existirá en 25 años». Los dirigentes de Teherán declararon abiertamente que la destrucción de Israel era tanto una obligación religiosa como un objetivo estratégico. Los medios de comunicación estatales iraníes emiten regularmente mapas que muestran a Israel rodeado por milicias respaldadas por Irán, y esbozan cómo pretenden hacerlo realidad.
Los comandantes iraníes se han jactado abiertamente de rodear Israel con un «anillo de fuego». Y lo decían en serio: Durante años, Irán ha construido una red de apoderados del terror: Hezbolá en Líbano, Hamás en Gaza y milicias armadas en Siria, Cisjordania e incluso Yemen, todos ellos entrenados, armados y financiados para atacar a Israel desde múltiples direcciones. En 2021, el general del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) Amir Ali Hajizadeh declaró : «Hemos establecido un frente de misiles en Líbano, Gaza y otras zonas… Israel está cercado por todos lados». Antes de 2024, el arsenal de Hezbolá se estimaba en más de 150.000 cohetes y misiles, incluidas municiones guiadas de precisión capaces de golpear profundamente en Israel.
Hamás, también financiado y entrenado por Irán, ha construido sus propias fábricas de cohetes y ha disparado miles de proyectiles contra civiles israelíes. En el Mar Rojo, los Houthis, apoyados por Irán, han prometido atacar a Israel, añadiendo otro frente a la amenaza multidireccional de Irán.
Y ahora, Irán corre hacia una bomba nuclear, el escudo definitivo para sus apoderados terroristas, una herramienta para chantajear a la región y los medios para convertir sus amenazas en una realidad catastrófica. Así pues, cuando Israel entra en acción, no lo hace de repente ni sin provocación. Es una respuesta directa a años de amenazas abiertas, terror sostenido y un régimen que ha declarado públicamente -e incluso programado- su objetivo de la destrucción de Israel.