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Respuesta corta
Si Gaza se muere de hambre, ¿dónde están los hombres esqueléticos? ¿Las madres desmayadas? ¿Las multitudes demacradas en las calles, como vemos en zonas de hambruna real como Yemen y Sudán? En Gaza, la «hambruna» es siempre la misma: un niño, un equipo de cámara, perfectamente escenificado para conseguir la máxima indignación.
Cuando muestran a adultos, nunca se trata de un civil hambriento, sino de un enfermo de cáncer con evidente caquexia tardía junto a sus parientes bien alimentados, o una imagen robada de Sudán o Yemen. ¿Los verdaderos adultos hambrientos? Los rehenes israelíes, consumiéndose en los túneles de Hamás.
Como Eviatar David, retenido bajo tierra durante casi dos años, muerto de hambre hasta los huesos y obligado a cavar su propia tumba para un vídeo de propaganda de Hamás. Esas imágenes no eran falsas. No fue «tomado prestado» de otra parte. Hamás lo filmó y lo publicó.
Ese mismo vídeo desenmascaró accidentalmente la mentira de Hamás, ya que el brazo del terrorista en la toma era casi tan ancho como el propio rehén, lo que demuestra lo bien alimentados que están sus captores. Al rehén lo mataron de hambre intencionadamente.
Y, sin embargo, los medios de comunicación mundiales miran hacia otro lado, porque el único sufrimiento que les interesa amplificar es el que se puede utilizar como arma contra Israel.
Respuesta larga
«Gaza se muere de hambre», gritan… Pero si es así, ¿dónde están los hombres esqueléticos, las madres desmayadas, las multitudes demacradas en las calles, las escenas que vemos en todas las zonas de hambruna real como Yemen, Sudán o Etiopía? En Gaza, siempre es lo mismo: un niño, una cámara, un encuadre perfectamente escenificado, mientras los adultos parecen sanos y, a menudo, otros niños justo al lado de ese niño parecen estar bien.
La verdad es que muchas de las fotos más «desgarradoras» son recicladas de zonas de hambruna real como Sudán y Yemen. Y cuando muestran a adultos reales, se trata claramente de enfermos de cáncer con caquexia en fase avanzada, a menudo sentados junto a familiares bien alimentados. Eso no es hambruna, es propaganda.
En Yemen, más de 17 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, y 2,4 millones de niños están gravemente desnutridos. Los bebés mueren en brazos de sus madres, pueblos enteros se consumen y las muertes masivas de civiles aumentan a diario. Se destruyen hospitales, se bloquean las rutas alimentarias y la hambruna se extiende por todo el país. Se trata de una catástrofe humanitaria deliberada y, sin embargo, no hay hashtags que sean tendencia, ni sesiones de emergencia de la ONU, ni titulares. Los yemeníes mueren de hambre a gran escala y el mundo apenas se da cuenta.
En Sudán, más de 30 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, más de la mitad de la población. 24,6 millones padecen hambre aguda, 637.000 se encuentran en situación catastrófica y 9 millones han sido desplazadas en medio de masacres étnicas, guerra y hambruna. Los hospitales yacen en ruinas, las rutas alimentarias están bloqueadas y los civiles mueren a millares. Sin embargo, no hay niños coreografiados, ni indignación viral, ni trending hashtags. El sufrimiento de Sudán no encaja en la narrativa de Hamás, y el mundo apenas se da cuenta.
Los verdaderos adultos hambrientos de Gaza son los rehenes israelíes como Eviatar David, retenido bajo tierra durante casi dos años, muriendode hambre, hasta los huesos, encadenado, maltratado y obligado a cavar su propia tumba para un vídeo de propaganda de Hamás. Esa misma filmación desenmascaró involuntariamente la mentira: el brazo del terrorista en la toma era casi tan ancho como el propio Eviatar, lo que demuestra cómo Hamás mintió cuando afirmó que el rehén se moría de hambre porque ellos también se morían de hambre. Estas verdades brutales son ignoradas por los medios de comunicación, porque sólo el sufrimiento que vilipendia a Israel encaja en la narrativa.