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Respuesta corta
Es curioso cómo algunos musulmanes reescriben la historia para presentarse como autóctonos de Israel, mientras intentan borrar 3.000 años de presencia judía respaldada por infinidad de pruebas: miles de yacimientos arqueológicos, inscripciones hebreas y presencia judía continua en la tierra.
Afirman que Mahoma visitó Jerusalén, pero no había ninguna mezquita allí en el año 621 d.C.-Al-Aqsa no se construyó hasta décadas después de su muerte.
Incluso los eruditos musulmanes admiten que «al-Aqsa» puede haber sido simbólica. No hay ninguna prueba histórica de que Mahoma pisara Israel.
¿La verdad? Los musulmanes árabes llegaron de la Península Arábiga y conquistaron la tierra siglos después de que los judíos construyeran su capital en Jerusalén. No eran indígenas: fueron los verdaderos colonizadores. Entonces, ¿quién está reescribiendo la historia?
Respuesta larga
Es curioso cómo algunos musulmanes reescriben la historia y afirman ser autóctonos de la Tierra de Israel, mientras intentan borrar 3.000 años de historia judía para sostener su narrativa.
Impulsan una narrativa de «propiedad» islámica sobre Jerusalén, ignorando el hecho de que el Islam y los árabes llegaron de la Península Arábiga siglos después de que los judíos ya hubieran construido allí su capital, sus Templos y su civilización.
Los musulmanes afirman que Mahoma visitó Jerusalén durante su Viaje Nocturno, pero el Corán sólo menciona un viaje a la «mezquita más lejana» (al-Masyid al-Aqsa), sin mencionar Jerusalén. En el año 621 d.C. no existía ninguna mezquita allí.
La mezquita de Al-Aqsa no se construyó hasta alrededor del año 705 d.C., casi 70 años después de la muerte de Mahoma. Entonces, ¿cómo pudo visitar una mezquita que no existía?
Incluso algunos eruditos musulmanes admiten que «al-Aqsa» probablemente se refería a un lugar simbólico o celestial, no a Jerusalén. No hay constancia histórica -islámica o de otro tipo- de que Mahoma pisara jamás la Tierra de Israel, mientras que abundantes e indiscutibles pruebas arqueológicas e históricas demuestran la presencia judía allí desde hace miles de años.
El Islam primitivo concedía poca importancia a Jerusalén, lo que se desprende claramente de las conquistas musulmanas. Jerusalén fue una de las últimas ciudades conquistadas durante la invasión de la provincia bizantina de Siria -después de la muerte de Mahoma- y no por el propio califa Omar, como afirmaron más tarde las leyendas, sino por un comandante subalterno. Ni siquiera fue convertida en capital provincial.
Entonces, ¿quién está reescribiendo realmente la historia?
¿Las personas que descubren inscripciones hebreas, monedas y restos del Templo?
¿O los que vinieron del desierto de Arabia y ahora afirman que siempre estuvieron aquí?